En la clínica actual nos encontramos con niños cada vez más pequeños con manifestaciones de sufrimiento psíquico cada vez más intensos, traídos a la consulta por adultos cada vez más exigidos, cada vez más infelices. En ese contexto se presenta un alza considerable de niños con problemáticas psíquicas graves, algunos con signos clínicos de autismo.
A lo largo de este libro trataremos de responder a los interrogantes acerca de por qué ocurre esto y qué podemos hacer al respecto.
Como profesionales de la salud y la educación podemos ayudar a erigir porvenires posibles sin taponar con etiquetas invalidantes que estigmaticen la vida del niño. Entrelazando saberes desde el psicoanálisis, la medicina, la genética, la educación y el trabajo social, podemos viabilizar encuentros intersubjetivos que creen oportunidades de apertura a nuevos acontecimientos y posibiliten experiencias significativas de transformación.
Asistimos en estos días al auge de una concepción biologicista del sujeto y a múltiples intentos hasta ahora, sin hallazgos contundentes que los sustenten de encontrar las bases neurobiológicas y preferentemente genéticas de las enfermedades mentales. Pretender reducir la complejidad de lo humano a genes o moléculas es un intento de simplificación de la vida que está relacionado con múltiples intereses. Sostener que la ciencia es objetiva es desconocer esos múltiples intereses que la atraviesan y determinan. Qué se investiga, cuándo y cómo no responde solamente a los ejes de interés científico.