Un acontecimiento que estremece a una comunidad y sus escuelas, un grupo escolar que conmueve los sentidos de lo escolar y de la infancia misma, el sufrimiento adolescente como interpelación a los y las adultos/as dentro y fuera de la escuela, la convivencia escolar siempre en obra con sus aciertos y sus fallidos, sus efectos paradojales, una mirada histórica que ayuda a sostener la pregunta por lo que hacemos los equipos de orientación. Los relatos que compartimos en este libro dan cuenta de un trabajo y de una urdimbre, tejidos que no siempre se perciben, se ven o se tocan en la cotidianeidad escolar. Sin embargo, resultan decisivos a la hora de darle sentido a una trayectoria, de generar el deseo de enseñar o de aprender, de ayudar a que alguien permanezca en una escuela o que se pregunte por qué eligió el oficio de educar. Son relatos de equipos de orientación escolar de diferentes lugares del país, colegas que día a día dialogan con otros y otras para comprender situaciones y echan a andar acciones capaces de dar un giro en la vida de muchas personas.
Esta constelación de relatos no es un inventario de intervenciones ni una descripción exhaustiva de abordajes psico educativos. Son escenas y paisajes institucionales de nuestro tiempo, narraciones fragmentarias en primera persona que van y vienen desde La Pampa a Buenos Aires, de Córdoba a Salta o a la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de pensar hoy las instituciones educativas y el trabajo que artesanalmente hacemos en ellas. Este texto va dirigido a quienes las atravesamos cotidianamente. Apela a una responsabilidad y a un modo de mirar, de pensar y hacer en la transmisión. Un trabajo inagotable de creación.