Los directivos necesitan instrumentos para analizar, ver, revisar, cuestionar o modificar sus modos de conducción y, centralmente, ocuparse de la gestión curricular. Para ello deben focalizar su mirada en aspectos específicos de la gestión educativa referidos a la dimensión pedagógico-didáctica. Esta obra coloca el acento en la responsabilidad de generar condiciones y posibilidades para pensar la enseñanza y el aprendizaje dentro de cada institución, tomando los diseños curriculares como referentes para seleccionar, secuenciar y posibilitar el despliegue de las prácticas educativas.
En la primera parte se analizan los procesos y acciones que los directivos ponen en marcha y que generan un alto grado de conflictividad en el ejercicio de sus funciones: formar y conformar equipos, tomar decisiones, negociar y delegar responsabilidades.
También se abordan, en una segunda parte, las funciones de asesoramiento pedagógico en las que el directivo recupera su función de enseñante, ya no de los alumnos, sino de los docentes. Se desarrollan diversas estrategias de asesoramiento, considerando una serie de procedimientos para elegir entre diversas opciones. También se profundizan los principales modos de acceso a la información para saber lo que efectivamente sucede: el análisis de las planificaciones didácticas y la observación del desempeño de los docentes.
Quien gestiona la escuela es el custodio de las prácticas educativas. Su quehacer se vincula con la posibilidad de facilitar los cambios curriculares (además de los organizativos) contextualizando los contenidos a la singularidad de su institución y promoviendo iniciativas que respondan a las maneras de enseñar de cada escuela.