Este libro despliega con profundidad y amplitud el trabajo de la latencia y su importancia crucial para las etapas subsiguientes, así como las consecuencias para el desarrollo si no se establece sobre las bases sólidas de un adecuado desenlace edípico, un descentramiento narcisísitico, un funcionamiento diferenciado entre lo conciente y lo inconciente, etc.
El autor sostiene que la latencia no es definible por lo cronológico, sino por una nueva manera de organización del aparato psíquico. Es decir, es un proceso psíquico incitado culturalmente, no condicionado fisiológicamente.
Lo esencial es que no se considere más la latencia como una etapa casi de detenimiento del desarrollo, y que se encuentre en ella, al saber leerlos, no sólo los efectos tan mentados de la represión que apaga las manifestaciones de la sexualidad y del complejo de Edipo, sino modificaciones de lo anteriormente vivido que apuntan, con la adquisición de nuevos mecanismos, a establecer progresivamente un aparato psíquico distinto, con una estructuración más compleja del sujeto y de su relación con el mundo, en el plano intrasubjetivo y en el intersubjetivo.