En este libro, Nora Elichiry propone enfrentar los desafíos de la transversalidad en evaluación en base a la comprensión educativa de los procesos psicológicos e institucionales subyacentes. Y sugiere que, para entender el componente evaluador, es necesario reflexionar sobre los sujetos y sus situaciones contextuales. Desde esta mirada, se asume que la vida cotidiana se desarrolla en un sistema abierto de intercambio, evolución y enriquecimiento. El énfasis, más que en los productos, está puesto en los procesos, que solo pueden tener lugar si se comprende la génesis y la historia en la sucesión compleja de fenómenos. La evaluación es un proceso intencional que requiere la colaboración de diversas disciplinas; la evaluación centrada en procesos constituye ella misma un proceso. El énfasis evaluador no implica medir, juzgar ni dar cuenta rasgos que suelen predominar en las evaluaciones tradicionales: significa procurar comprender. De este modo, se apunta a alentar el desarrollo de un pensamiento evaluativo.