Q uienes escribieron este libro concuerdan en que es necesario reconstruir el sen- tido de la escuela, plantear otros modos de habitarla y planificar un futuro diferente para las infancias del siglo XXI. Esperanzadamente sostienen que tenemos la oportunidad histórica de dar un gran salto cualitativo y de superar la encerrona de volver como si nada hubiese ocu- rrido. Nos invitan a cambiar las reglas de juego, empezar a dudar de las certezas normalizadoras donde todos los niños y niñas son iguales, con trayectorias escolares esperables, para dar lugar a lo nuevo, a lo inédito y lo imprevisible. Al decir de Morin (2001), debemos aprender a "navegar en un océano de incertidumbres a través de ar- chipiélagos de certezas"