Resulta paradigmático el lugar de objeto que soporta el niño. Lo leemos en las mediciones y evaluaciones protocolares que se realizan, degradando lo singular del síntoma a trastornos generales de conducta, inteligencia, alimentación y aprendizaje. Mientras el mercado tecnológico intenta captar al cuerpo por imágenes y cifras la perspectiva psicoanalítica considera al deseo de la madre, el médico, el maestro y el psicoanalista como antivirus de la robotización de la infancia y la adolescencia.