La controversia sobre el impuesto proporcional y el impuesto progresivo no ha terminado ni en la teoría ni en la práctica. Estudiando la historia del impuesto se descubren los repetidos intentos realizados desde la legislación de Solón hasta la época presente, para introducir el principio progresivo. Si nos limitamos al siglo XIX veremos que la opinión general, en muchos lugares, es favorable al impuesto proporcional; pero también que casi todos los países han introducido con mayor o menor extensión el principio progresivo en su sistema tributario, hecho que se produce no sólo en monarquías, sino también en democracias.
La cuestión de la imposición progresiva no se limita al impuesto sobre la renta. Puede haber progresión en otros impuestos directos, como los que recaen sobre la fortuna, sobre las casas, sobre la tierra o sobre las sucesiones. Puede haber progresión aun en los impuestos indirectos, y por cierto en un doble sentido.