Hace décadas que hemos tomado conciencia de la relevancia de incluir la inteligencia emocional y el desarrollo de las competencias personales y sociales en todo ámbito de aprendizaje. Aun reconociendo que estas habilidades no encuentran su lugar en nuestros sistemas educativos, este libro insiste en la necesidad de reflexionar y trabajarlas para que cada familia, aula o ciudad se conviertan en ámbitos de aprendizaje que favorezcan el encuentro y el bienestar de todos.