´´Este ensayo está dedicado a las personas que lucharon por sus dolencias y a quienes los ayudaron para calmarlas. Ese el escrito de quién ha presenciado el dolor y el sufrimiento como si fueran lecciones de la biológica, ante la omnipotencia de unos y la resignación de otros.
Ha sido testigo del sufrimiento de muchos seres extraordinarios y no puede dejar de lado sus vivencias. Recuerda a los discapacitados que sólo mueven la cabeza, pero pintan, cantan y no escriben sus dolores. Admitiendo diferencias estelares, tampoco lo hicieron Jesús, Buda o Sócrates´´
Dr. José B. Cibeira.