Alejados de la inclusión como búsqueda de homogeneizaciones innecesarias, pensándola desde la construcción permanente de puentes y caminos para pensar y recorrer, desde la mirada en los derechos humanos como práctica de respetarnos como personas a su vez iguales y diferentes. La inclusión educativa es posible solo si se desarrolla desde un trabajo respetuoso y conjunto, plasmado de los saberes necesarios, las investigaciones pertinentes y las decisiones compartidas.