Es muy preocupante percibir la insistencia con la que algunos docentes realizan una suerte de prediagnóstico para luego sugerir a los padres que los niños necesitan ser medicados para poder adaptarse a las exigencias escolares. Se llega a condicionar su rematriculación a un tratamiento farmacológico sin realizar previamente interconsultas o diagnósticos complementarios que contemplen los aspectos socio-afectivos o pedagógicos que pudieran estar en juego.
En tiempos de vertiginosos cambios culturales no se considera el contexto social en el que niños y jóvenes se desarrollan y se omiten aspectos significativos de sus historias personales y de sus condiciones de vida familiares y escolares.
Esta obra advierte sobre el fenómeno de patologización y medicalización de la infancia que afecta seriamente el derecho a la salud y a la educación de niños y adolescentes, cuestionando el papel que juegan algunas instituciones en estos procesos.